viernes, septiembre 21, 2007

Publicadas las Obras Completas de San Ezequiel Moreno

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Han llegado a nuestras manos los primeros cuatro tomos de las Obras Completas de San Ezequiel Moreno, los cuales llenan sus páginas con el epistolario, tan completo como ha sido posible conseguirlo con la contribución de muchas personas. ¡Enhorabuena! Hace ya bastante tiempo que estábamos esperando este tesoro literario del patrimonio histórico de la Orden de Agustinos Recoletos.

Aunque el padre Toribio Minguella había publicado en 1914 y 1917 sendos volúmenes con varios centenares de cartas del santo, debido a la proximidad histórica con los acontecimientos y la falta de rigor científico, estas ediciones omiten datos importantes e incluyen numerosos errores que dificultan la comprensión de su hondo contenido espiritual y pastoral. Aparte de eso, ha habido otras publicaciones parciales a medida que se ha ido conociendo la correspondencia de san Ezequiel, pero ni siquiera reuniendo todas esas ediciones era posible darse una idea integral del valor testimonial que encierran.

Es de alabar el inmenso esfuerzo que ha hecho la Orden para dar a la luz esta obra; en particular, el trabajo concienzudo y exhaustivo realizado por el padre Ángel Martínez Cuesta a lo largo de muchos años para allegar la documentación necesaria y organizarla de manera coherente para que, como él mismo lo dice[1], podamos todos acercarnos como en un balcón privilegiado al mundo interior del santo. Hay que resaltar, sobretodo, el aporte que hace el padre Martínez Cuesta desde el punto de vista de la crítica histórica para que podamos comprender mejor el contexto espaciotemporal y el entramado de circunstancias que rodearon las intervenciones de fray Ezequiel y le movieron a tomar la pluma una y otra vez.

Si bien es cierto que el acervo epistolar del “obispo Morenito”, como lo señala el padre general de los agustinos recoletos en la presentación de la obra[2], no es comparable con el de santos como Vicente de Paúl, quien llegó a escribir más de 30 mil cartas, o Juan Bautista de la Salle, que se aproximó a las 17 mil, sí se acerca al de Francisco de Sales o Alfonso de Ligorio. Actualmente se conocen aproximadamente 1.600 cartas de san Ezequiel, más que suficientes para hacerse una idea clara de su perfil espiritual y celo apostólico, de su genio y figura, de los matices de su personalidad.

Ojalá sepamos valorar debidamente este esfuerzo y nos acerquemos con interés, o por lo menos curiosidad, a esta obra, que constituye una referencia obligada, no sólo para conocer mejor al santo de Alfaro, sino también para conocer y entender un capítulo dorado en la historia de la restauración de la Recolección Agustiniana en América. Lo escrito, escrito está; ahora hay que leerlo.

Pero éste es sólo el comienzo. Quedamos ahora a la espera de los tres tomos restantes: el tomo quinto, dedicado a las cartas pastorales y escritos doctrinales, el cual constituye, a mi parecer, el corazón de toda la obra, puesto que se trata de escritos planeados, pensados y plasmados sistemáticamente, donde mejor se refleja el perfil de pastor y escritor del santo; hay que recordar que fue editado por el padre Minguella en 1908, pero carece del análisis crítico que es posible hoy. El tomo sexto, el más inédito de todos, contiene los 105 sermones que se han conservado parcial o totalmente; en ellos se puede apreciar su celo apostólico, su devoción a la Eucaristía y a la Virgen María, y la pedagogía de su predicación. Finalmente, el tomo séptimo se dedica a otros escritos, entre ellos las obras espirituales, que desnudan el alma del santo y nos ponen en contacto con algunos rasgos místicos de su personalidad.



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[1] Cf. San Ezequiel Moreno. Obras completas. Tomo I. Augustinus, Madrid, 2006. P. 119.
[2] Cf. Ibid. P. 10.